► Piper Pimienta
Piper Pimienta - A La Memoria del Muerto
El 4 de junio de 1998 a eso de las 4:30 p.m. mientras tomaba el fresco de la tarde en el antejardín de su casa del Barrio La Rivera de Cali, fue asesinado el cantante de salsa Piper Pimienta Díaz, a manos de un hombre delgado y de aspecto joven que le propinó cinco impactos de bala en la cabeza. El asesino huyó en una motocicleta negra que lo esperaba metros adelante de su casa, con otro hombre de apariencia más madura y obeso. Horas antes del asesinato estuvo en un gimnasio en sus rutinas terapéuticas y en el centro de la ciudad de Cali. El cobro de una deuda sería el móvil del crimen. La salsa en Colombia perdió así a uno de sus cantautores más joviales y alegres.
El vocalista, cuyo verdadero nombre era Edulfamit Molina Díaz, había nacido el 4 de agosto de 1939 en la vereda La Paila del municipio de Puerto Tejada, Cauca. Su familia se trasladó a Cali cuando tenía 3 años. Su niñez la pasó en el alegre barrio Obrero donde la salsa ha escrito tantas historias en la ciudad. Desde su infancia comenzó a manifestar sus inquietudes musicales, cuando en las latas que utilizaba para recoger agua se acompañaba como instrumentos de percusión. Inició su carrera artística participando en concursos de aficionados que organizaban las emisoras caleñas hasta declararlo fuera de concurso.
Comenzando la década de los 70 fue llamado por Julio Ernesto Estrada -Fruko- para que vocalizara el segundo trabajo de su nueva agrupación -Fruko y sus Tesos-, el álbum “A la memoria del muerto” de Discos Fuentes, un éxito en las emisoras colombianas. Igualmente participó en otros proyectos de Julio Ernesto, entre ellos The Latin Brothers, con el que grabó el éxito más arrollador de su carrera “Las caleñas son como las flores”, de Arturo J. Ospina y que hizo famoso el lema “Cali es Cali, lo demás es loma”. Otros éxitos fueron “Duelo de Picoteros”, “Velorio y baile” y “Buscándote”.
En 1977 pasó brevemente por la orquesta de Cheche Mendoza y se escuchó insistentemente en la radio con el tema “Por un sólo camino” grabado para el sello Discomoda. A finales de los 70 fue llamado junto a los músicos colombianos Carlos Carvajal y Hernán Gutiérrez, por Latin American Representaciones -LAR- de Nueva York, para cantar con la Colombia All Stars, un proyecto ambicioso que no pasó de un álbum, de donde salió otro de sus éxitos, la cumbia-salsa “Cañaveral”. Volvió a Discos Fuentes en 1980 y realizo grabaciones con Latin Brothers sin ninguna resonancia y con Fruko y sus Tesos: “Las Flores”.
Participó en grabaciones con Michi Sarmiento: “Nostalgia caleña” y con la Fuentes All Stars con el tema “Echa pa lante camará” de su propia autoría. En 1984 pasó a discos FM y con el respaldo de El Combo Candela grabó “La guagua” otra cumbia-salsa. Luego formó su propia banda sin mucho éxito. Los siguientes años los pasó con su orquesta en diferentes escenarios de Cali y otras ciudades, donde su presencia singular con vestido blanco de pies a cabeza, incluyendo sombrero de ala ancha, respaldado con sus dotes de bailarín y presentándose como “El Showman de la Salsa“, gustaba en los sectores que lo recordaban como un grande de la salsa e impulsor de su divulgación en Colombia.
Pero el infortunio se unió a la vida del cantante. Durante los años 80 un hijo suyo, llamado John Jairo, fue asesinado. Discos Fuentes lo volvió a llamar, en 1990, para la grabación del álbum “Sucesos”, pero las cosas no resultaron en el mercado colombiano, fue un éxito en México por el tema “Nunca fui tan feliz”. El 11 de noviembre de 1991 un incendio destruyó su casa, arrasando con sus recuerdos y sus partituras con toda su historia musical. Se vio forzado a cancelar una gira por México. Músicos, disquera y amigos lo ayudaron en este momento difícil. Al año siguiente una trombosis le paralizó medio cuerpo y tuvo que recurrir de nuevo a la caridad de sus colegas y de la disquera para costear los gastos médicos.
Pero Piper quería salir de la crisis, con una terapia intensiva adquirió un paso vacilante, acompañado de un bastón, y siguió cantando donde era invitado. Durante el último año recuperó sus facultades vocales y organizó su nueva orquesta a la que bautizó “The Black Brothers”. En escenarios de Cali y en la televisión peruana, a donde llegaron en gira con sus éxitos de siempre, se le vio optimista y alegre, parece que recuperaba sus aptitudes… Cuando la muerte se asomó al antejardín de su casa estaba planeando una gira por Perú, Argentina y Chile, ensayaba fuertemente con su orquesta y tenía como proyecto la grabación de un CD con un repertorio nuevo, en su mayoría compuesto por él, donde pensaba incluir “La panochera” y “Flor de Cali” que en presentaciones personales cantaba. Piper Pimienta Díaz se fue con su música para otra parte.
Extrañaremos ese sabor para interpretar esa salsa que también extrañamos. Hizo parte de una época de oro en Colombia donde su voz sembró un timbre y un estilo muy singular. Ahí quedan, pues, sus composiciones, sus discos y esta violencia absurda que recorre toda la geografía colombiana y no parece detenerse… Descansa en Paz Piper, tu si puedes, nosotros seguiremos resistiendo.
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